sábado, 19 de diciembre de 2009

Tierra prometida [Promesses de une terre encore très lointaine] (Analepsia M)


Por fin... hemos llegado.


¿No es hermoso?


Hemos llegado limpios, ligeros, vigorosos. Sin ideas absurdas, sin olores penetrantes ni acérrimos sabores.


Hay una mancha en la orilla. Es alguien, o algo, o un reflejo de nenufar quizás.

Polen en los cabellos: despeinados, rubios, claros. Una maraña de suspiros. El sol embiste de lado. El atardecer, los montes, las nubes.


Creo que hoy es miércoles. Sueño de marzo.


Mira mis dedos: son delgados, como tú ¿No te hace gracia? ¿Por qué ríes entonces?


Los árboles se mecen despacio, acurrucan las hojas. Bailan y cantan tranquilos.


¿Cuántas cosas han quedado detrás? No lo recuerdo.
¿Cuántos somos? ¿Uno, dos, ciento cuarenta y cuatro mil?


El lago lo sabe todo.
No hay aire más fresco que éste.


Ojos cerrados. Cruza la libélula por enfrente: se ha ido el silencio. Allí está de nuevo.


Finalmente... estamos en casa.


¿La vida?