viernes, 30 de julio de 2010

Flush (Analepsia MDCLIII)



El rectángulo permanece en el centro.

Hay neblina en el tiempo. Risas. Excavación profunda. Gusanos con sombrero nos saludan al pasar.
Alineación al centro
Sepultura (confetti, bastones de azúcar, huevos de gallina rellenos de alegría).

Poner en alto los carteles con las letras en color rojo: bien.

Regalar los oídos a situaciones necias, a popurríes de atalayas circenses: mal.

El abrazo del mar: dulce, cálido, rasposo, eterno ¿Fotografía, o vívido recuerdo?

Shoegazing: mirarse los zapatos.

Despeinado, de frente a la corteza invisible que protege a las cosas del interior corrosivo de todos nosotros, puedo sentir la mirada pesada e indivisible del peculiar ojo que una vez imaginé, o que quizás soñé.

El árbol sigue creciendo, como la luna, llenándose y vacíandose de manera paulatina todos los días, a todas horas (de hojas, de luz, de flores, de latente obscuridad).

Sin duda hay algo que aún no has querido decirme. Puedo percibir un brillo en el fondo de tus titubeos. Juega conmigo. Ayúdame a dejar de creer en los demás. Demuéstrame que mi nobleza no es más que un nombre errado que encubre todas las trampas y todas las mañas que pueden coexistir en un corazón egoísta, común y corriente.

La isla de la vanidad se encuentra lejos: se vislumbra apenas, como un punto colorido, enmedio de la ______.

jueves, 8 de julio de 2010

Staubpartikel [inmerso en el trance de 'In a landscape', de John Cage] (Analepsia MDCXXXVI)



Desde la distancia, como Apolo,
a espaldas de la muralla del cielo,
las cumbres luminosas hacen señas.

La imaginación se entrega, humilde,
con las plantas bien pegadas al piso,
a las insinuaciones de semejante cortejo.

Simpleza nunca fue lo mismo que simplicidad.

¿Qué tipo de ajena fortaleza
por encima de nuestras posiblidades humanas
requiere el ser coherente con uno mismo?

La historia maneja los hilos: nosotros observamos.

Míralas, allí, las piernas de madera.
No se mueven: crecen al hacerse viejas.
Su aroma apolillado y de evocaciones pretéritas
llena mis huecos de un singular canto ininteligible.
La suavidad de sus notas lava mis conflictos, uno a uno,
mientras lija, paulatinamente, todo excedente de egolatría.
Sólo entonces me es posible ver a través de las cortinas.

Como si la poesía no fuera un envoltorio de algo más hondo,
se cree haber regalado los ramilletes florales con tan sólo esgrimirla.
Este error no se entiende si no se ha acariciado antes, con ternura,
a alguien, o a lo que sea que tenga alma, trémulo al contacto.

Nada más que un hábil haz de sentimientos petrificados:
un paisaje impresionista de desvíos y de emergencias privadas.
Todo en un sólo arranque de viento,
de tinta, de negro, de palabra y de clavos
apuntalados sobre la lápida del misterio primigenio.

La delicadeza es el eje del mundo, y no al revés.

Uno avanza al retroceder: ya se dijo esto hace muchos siglos.
No hay dos rostros diferentes,
ni dos huellas digitales distintas.
Todos bebemos del mismo remanso.

La paloma finalmente ha volado desde la punta de la cornisa.
Me he quedado solo.
Miro al frío a los ojos, y ambos sonreímos,
como guardando un secreto.

martes, 6 de julio de 2010

Arrugas en la camisa (Analepsia MDCXIV)



[Ruidos incidentales]

- ¿Conque habrá granizo esta tarde, eh? ¡Ja! ¡Mira nada más...!

- Ah, la voz de la juventud, siempre tan arrogante... ¿has escuchado alguna vez el chelo eléctrico?

- Sí, en un par de conciertos... ¿por qué?

- Simple curiosidad.

- Nadie pregunta algo, cualquier cosa, por simple curiosidad: siempre hay un trasfondo.

- Sí, sí, lo que digas... ¿te vas a comer ese mazapán, o no?

- No, no, agárralo ¿Ya viste ese par de hembras? No me gusta que las chicas fumen, las hace ver hoscas, poco atractivas.

- Hay distintas maneras de fumar. Unas más sensuales que otras, como en todo.

- A mí no me gusta y ya ¿Este café está muy fragante, no? Medio fuerte para mi gusto.

- Sí, es casi un perfume, de tan fragante.

- Muy gracioso.

[Silencio prolongado]

- ¿Qué se siente estar enmedio de la nada?

- Nada. Pregúntale a quien quieras, te va a contestar lo mismo.

- ¿Sí, verdad? Todo normal, como siempre.

- Así es.

- Ya me dio frío ¿No quieres ir a mi casa? Acabo de comprar un vino buenísimo.

- Pues no es mala idea. Ya se puso muy húmedo el clima.

- ¿Traes paraguas?

- Sí, aquí traigo ¿Tú?

-No, se me olvidó. Tendrás que compartirlo conmigo.

- Pues qué me queda.

- ¿Ya pediste la cuenta?

- Sí, pero no me hace caso el mesero... a ver... ¡mesero!

[Señales con las manos. Perfecto entendimiento entre individuos: se consuma la comunicación humana]

- Listo.

- Y mientras, ¿qué?

- ¿Qué de qué?

- Pues... no sé... nada en realidad.

- Pues no, ¿qué esperabas?

- No, nada. Simple curiosidad.

- La curiosidad mató...

- ... al gato, sí, ya sé. Es la frase más trillada del mundo.

[Bostezos]

- Ayer leí que Poseidón es el equivalente griego para Neptuno, ¿lo sabías?

- Es al revés: Neptuno es el equivalente latino para Poseidón ¿Pero qué tiene qué ver eso con lo que estábamos diciendo?

- No, pues nada. Pero casi nada tiene qué ver con nada ¡Como si todo lo que dijeras tuviera mucha pertinencia! Charlar con alguien es como tirarle de disparos al vacío, azarosamente: a veces le das a algo, a veces no. Así es la vida en sociedad.

- Eso te pasa porque no sabes socializar. Socializar es un arte, y nunca es aleatorio. Se debe de tener conocimiento de causa de todo lo que se va a decir y a discutir si se da el caso, y de poseer una intuición muy fina para saber de qué tema hablar con cada quién; sobre la concordancia previa de todos esos elementos surge una posterior improvisación, el ingenio, pero esa es otra cosa. La pertinencia, pero sobre todo la inteligencia, es la piedra angular de las charlas.

- Yo opino completamente lo opuesto: lo es la estupidez.

- Pues eso sólo puede significar que eres un estúpido, y que no sabes socializar.

- ¿Y eso de dónde lo sacas? Los estúpidos son los otros, que hablan todo el tiempo de estupideces. Yo estoy consciente de ello, y precisamente por que sé que no se puede socializar sin ser estúpido, es que actúo como un estúpido, pero no al revés: sigo su juego la mayor parte del tiempo con el propósito de no ser un ermitaño. Eso no es ser estúpido, es saber sobrevivir. Pero sobrevivir no es disfrutar.

- Es estúpido pensar que todos los demás son estúpidos. Nadie experimenta en cabeza ajena.

- ¿Quién dice que todos son estúpidos? Yo no dije eso. La mayoría son estúpidos, eso sí. "Nadie experimenta en cabeza ajena": tú y tus refranes trillados. Por cierto, ese refrán ni siquiera tiene qué ver con lo que estábamos diciendo, lo cual no te deja muy bien parado respecto de lo que acabas de prescribir ¿Ya nos trajeron la cuenta?

- Ya ¿Cuánto dejamos de propina?

- En Nueva York se deja del 15% al 20% del valor total del consumo. Lo vi en un documental.

- Sí, pero estamos en la Ciudad de México, no en Nueva York.

- Entonces deja cinco pesos.

- O. K.