
(...)
En un eje de ruido
sopla el ojo
y la golondrina helada,
adviento de las masas.
Jinete amargo y luz
blanca de azucena.
Aspaviento
del cabello de vidrio.
Seguir la batuta
del simio maestre:
gime el aire
desde la cornisa celeste.
Entre andamios de humo
y en presencia
solemne del fuego
hace acrobacias la infiel memoria.
¿De qué depende
la dureza de lo blando
y el destello aguamarina
del tiempo?
Arquitectura
de singularidades vacuas.
Conformantes hoy
del carruaje del ocaso.
Dunas, senos, mantas corrugadas.
Sobre el tallo de platino
se ciñe augusta
la sacudida
del hilo.
Y en la carrera presurosa
del rostro de hambre, carcomido,
emerge un sonido herido e ido
que ensordece las venas.
Síncopa y mímesis,
restos de matemáticas muertas.
La mano
que iracunda espanta a la ausencia.
Se es hombre y trono
aún con la piel quemada
por labios ajenos
y por reinos aún no descubiertos.
La tinta se desliza reina
y se deslinda del mundo,
un mundo plebeyo
de deslices y de deslindamientos.
Una vida se abre
a una nueva vida.
Una gota de palabras sola puede
alimentar la sed del mito eterno.
Planicies, vientres, mantas extendidas.
(…)
sopla el ojo
y la golondrina helada,
adviento de las masas.
Jinete amargo y luz
blanca de azucena.
Aspaviento
del cabello de vidrio.
Seguir la batuta
del simio maestre:
gime el aire
desde la cornisa celeste.
Entre andamios de humo
y en presencia
solemne del fuego
hace acrobacias la infiel memoria.
¿De qué depende
la dureza de lo blando
y el destello aguamarina
del tiempo?
Arquitectura
de singularidades vacuas.
Conformantes hoy
del carruaje del ocaso.
Dunas, senos, mantas corrugadas.
Sobre el tallo de platino
se ciñe augusta
la sacudida
del hilo.
Y en la carrera presurosa
del rostro de hambre, carcomido,
emerge un sonido herido e ido
que ensordece las venas.
Síncopa y mímesis,
restos de matemáticas muertas.
La mano
que iracunda espanta a la ausencia.
Se es hombre y trono
aún con la piel quemada
por labios ajenos
y por reinos aún no descubiertos.
La tinta se desliza reina
y se deslinda del mundo,
un mundo plebeyo
de deslices y de deslindamientos.
Una vida se abre
a una nueva vida.
Una gota de palabras sola puede
alimentar la sed del mito eterno.
Planicies, vientres, mantas extendidas.
(…)
2 comentarios:
Un texto que tal vez sirva para "comprender" a Ian Karuna: todavía crees (y creemos) en el poder de los tropos y tú cifras en el símbolo la esencia de las cosas, porque las cosas (quizá y sólo quizá) están vacías si no hay signo en ellas, algo que puede ser re-iterado; es lo que hace el poeta, es lo que descubre la fenomenología y las filosofías que piensan el tiempo, la esfera preminentemente erótica de todas las cosas (lo que gravita y es gravitado por todas las cosas) pero allí se alza el Misterio, lo Gratuito, la Nada que oriente ha sabido mirar con mayor claridad (con mayor inocencia) y decir "mirar" es ya una exageración que carga un tufillo europeo, un euro-tufo... primero el azar de los dados, como ven Mallarmé y Deleuze, luego la constelación que se afirma como "Necesidad"; pero el tiempo es lo puro trascendente y solo como esferas relacionales (lo que la posmodernidad podría llamar "fragmentos"), como elementos diferenciales se hace el tiempo cosa y no sólo cosa sino esto o aquello. Otra vez divagando, en fin... quién sabe si la poesía... quién sabe... y si no es eso, entonces ¿para qué escribes?, como dice Valerio, hágase la pregunta como pregunta
Con "Un texto..." me refiero a "El manto sacrílego", etc. para que nos entendamos mejor(cito)
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