viernes, 13 de agosto de 2010

La lógica de las cosas (Analepsia MDCC)



Hay paz y sosiego en el fuego blanco, ese que no quema, ese que cura, que cauteriza. Cuando la vista finalmente se ha logrado despejar al abrirse paso por en medio de la maraña de las inquietudes propias, y la rueda de las vicisitudes mundanas se transforma de pronto, a través de sus incesantes mutaciones, en una vibrante sinfonía que lo abarca todo, la totalidad se silencia de pronto, aislada del ruido de la conciencia; entonces, y sólo entonces, es posible mirar de frente a la inmaculada desnudez del ser, aquella preciosa metáfora aria de lo incognoscible: carismática, honda, henchida de ecuanimidad. Así, el pensamiento calla, las gotas del rocío se vuelven la misma cosa que las piedras, y los indescifrables diseños que trazan, sin posibilidad de saberlo, las numerosas parvadas de aves migratorias sobre la bóveda del tiempo, se hacen cada vez más ligeros, más diáfanos, más amables. Cuando uno logra percibir, después de un largo y persistente esfuerzo, la lógica oculta de las cosas, no queda nada qué preguntar ya. No se piensa: se está siendo de continuo. Reflejo simbólico, onírico, bastante optimista de la condición humana... sí, quizás ¿Y qué? Callaos por un momento, os lo ruego... dejadme contemplar el cielo.

1 comentario:

Amit dijo...

Esto no es fuego blanco, es humedad multicolor:

http://www.goear.com/listen/5051454/wawaki-jorge-reyes-y-antonio-zepeda